DIOS MIO, POR FIIIIIINNNN !

domingo, 20 de abril de 2008

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Lo que son las cosas.

Me he tirado una buena temporada con ganas de un libro que fuese Space Ópera pura y dura, algo ligerito que me hiciera pasar un buén rato con los topicazos más añejos de la ciencia-ficción, y en el camino (atestado, como es típico en mi, de inmuerables saltos de la CF a la Fan, de la Fan al terror, e incluso con incursiones -ya comentadas, por cierto- por el género negro) he pasado por intentos fallidos como Médula o Pensad en Flebas que me hicieron dudar seriamente de que llegaría a leerme algún día una obra así. Y eso que, según me cuentan, no escasean. El problema, para no variar, era mi innata incapacidad de fijar un "rumbo fijo" en el orden no ya de lectura de la phila, sino, al menos de los géneros que tengo en cola de lectura.
O dicho en román paladino: normalmente siempre estoy leyendo algún libro, y como todo el mundo, me fijo la previsión de lecturas para cuando termine el que tengo entre manos. Bueno pues conmigo que eso funcione es como pedirle al Atleti que sea un equipo previsible. Logré (a duras penas, lo reconozco) cumplir el objetivo de leer mis regalos navideños y de Reyes, me enfrasqué luego en "La estación de la Calle Perdido" (excepcionalmente bueno, aunque aún no lo he terminado) y me dije que tenía que leer algo de fantasía (concretamente elegí la saga completa de Añoranzas y Pesares) al tiempo que seguiría buscando, por si alguna vez daba con algo que mereciera la pena, algún libro o saga de la CF más pura y típica que encontrase, vamos, Space Ópera como ya he dicho.
Naturalmente no he cumplido la hoja de ruta. Y bendito sea mi anarquismo literario porque de pura chamba llegó a mis manos el primer libro de la señora Harrington. Y cómo he disfrutado oiga.
EX-CEP-CIO-NAL.
Como digo en el título de esta entrada: Por fin!
Por fin dí con un libro de Space Ópera que no solo me da lo que yo le pedía de antemano al libro sino que mis expectativas me las ha devuelto cubiertas (sobrecubiertas, diría yo) en una relación de uno a cien.
En la Estación Basilisco es un libro con el que estoy ya en deuda para siempre. Qué bueno. Desde La caída de Hyperión no me he sentido tan atraído por un libro como con éste. En toda mi vida (y lamentablemente tengo ya unos taquitos) sólo ha habido tres libros que me hayan enganchado tan fuertemente que apenas haya podido dejar de leerlos. Uno me atacó hace muchos años, siendo yo un imberbe estudiante del antiguo bachillerato y se trataba de La larga marcha de Stephen King, el otro ha sido el ya citado La caída de Hyperión, y el tercero, éste: En la Estación Basilisco.
Lleno de acción, una fabulosa puesta en escena, un control de los personajes buenísimo, un dominio de los tiempos sorprendente, un guión muy bien desarrollado donde nada sobra ni se cuenta a destiempo (ni demasiado pronto), donde todo va encajando con la precisión de un reloj suizo...
En definitiva es un libro de aventuras, ligero, sin más pretensiones que entretener y al que no cuesta encajarle situaciones y/o elementos típicos porque NO rehuye de ellos. Y eso es una virtud absoluta, muy de agradecer. No me parece que el libro busque la excelencia literaria (si la entendemos como riqueza linguística y pureza gramatical), pero es que es de una solvencia abrumadora, un libro honesto como pocos, a caballo entre las novelas de batallas marítimas y la ciencia-ficción. Hace lo que tiene que hacer y lo hace muy bien. Nos cuenta lo que nos tiene que contar y nos lo cuenta muy bien. Entretiene, gusta, por momentos (muy álgidos, por cierto) te tensiona del todo. Incluso te hace dudar que, típica como es la novela, le queden páginas para un fínal también típico.
En definitiva, un enoooooorme acierto el haberlo leído y una satisfacción total y completa.
Y además, qué carajo, estoy sufriendo el síntoma característico de cuando uno lee un libro que le ha llegado hondo (como me pasó cuando terminé La caída de Hyperion): la perspectiva de leer cualquier otro libro ahora se me está antojando hasta molesta. Ahora mismo, en estos precisos momentos, dudo mucho que ningún libro me pueda gustar porque no creo que puedan igualar a lo que me ha dado En la Estación Basilisco. Supongo que tendré que esperar unos día a que se me pase el efecto porque sino...
¡¡ Hoy me siento Flex!!